En un hospital público de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se hallaba internado el detective privado, Diomedes Averiguaré, aquel que había sido herido en forma grave por un profesor universitario llamado Cuervolatti.
Habían transcurrido unos cuatro meses de aquellos hechos, el detective recibía la visita casi periódica de la viuda Nancy.
El detective se había enamorado a simple vista desde que la vió, pero nada podía decir por aquellos días,ya que estaba sin laburo y poco podía ofrecer a aquella mujer a la que amaba.
Esa tarde, era el horario de visita y llegó como otras tantas veces, la viuda a visitar al detective.
- Como está Diomedés?.
- Bien Nancy viendo las horas de dejar este hospital y retomar mi trabajo.
- Lo imagino. Lo notó muy tenso.
- Tenso? Puede ser.
- Quiere que le de unos masajes.....-
- Pero no se moleste.....-
Nancy entró en acción y comenzó a masajear el cuello del hombre. Diomedés cerró los ojos y echó a volar sus fantasías.
Habían transcurrido unos cuatro meses de aquellos hechos, el detective recibía la visita casi periódica de la viuda Nancy.
El detective se había enamorado a simple vista desde que la vió, pero nada podía decir por aquellos días,ya que estaba sin laburo y poco podía ofrecer a aquella mujer a la que amaba.
Esa tarde, era el horario de visita y llegó como otras tantas veces, la viuda a visitar al detective.
- Como está Diomedés?.
- Bien Nancy viendo las horas de dejar este hospital y retomar mi trabajo.
- Lo imagino. Lo notó muy tenso.
- Tenso? Puede ser.
- Quiere que le de unos masajes.....-
- Pero no se moleste.....-
Nancy entró en acción y comenzó a masajear el cuello del hombre. Diomedés cerró los ojos y echó a volar sus fantasías.