Creo que antes de opinar sobre el tema (no es una crítica, sino una reflexión), deberíamos interiorizarnos sobre el tema de los maestros y no quedarnos solamente con lo que dicen o escuchamos de los medios.
Lo cierto es que la lucha de los maestros (y me consta porque mi mujer es maestra del gobierno de la ciudad) va mucho más allá de solo el aumento de salario.
Deberíamos pensar, en primer lugar, que para que la educación de nuestros hijos sea una educación de excelencia y como corresponde, debe ser dictada por personas que estén capacitadas y en buenas condiciones de hacerlo, pues repito, le estamos delegando nada más y nada menos que la educación de nuestros hijos.
El reclamo de los maestros, como dije, no solo es por el aumento de salarios. Es también por las mejoras en las condiciones en las cuales deben dar clase. Por ejemplo, pocos saben que los maestros, a diferencia de otros empleados estatales, no pueden hacer derivaciones de sus aportes de la obra social. Se dictó la ley hace un mes aproximadamente pero en la realidad hoy por hoy todavía nadie la cumple. Por lo tanto, como es el caso de mi mujer, le descuentan un importante porcentaje en concepto de obra social por algo que no utiliza. En cualquier otro empleo estatal, el empleado tiene el derecho a ejercer libremente la opción de aceptar la obra socal o derivar ese dinero a la que le guste. No pasa con los maestros.
Tampoco se dice, pero el 90 % de las escuelas en Capital no tienen gas ni calefacción, por lo cual tanto maestros como alumnos deben estar toda la jornada en un lugar de trabajo o estudio sin las mínimas condiciones edilicias.
Cuando un maestro se enferma, debe perder, además de los días de licencia, otro día entero para que un médico en el hospital rawson, luego de toda la mañana de espera, le firme la constancia por inasistencia, cuando un médico debería ir al domicilio del maestro enfermo, como pasa en cualquier otro trabajo, y constatar y realizarle ahí mismo la justificación por la falta.
Ni hablar que muchos de los maestros deben poner dinero de su bolsillo para sacar fotocopias, porque el GCBA no le da al colegio los fondos necesarios para material educativo o, cuando llega, ya terminaron las clases.
Lo mismo ocurre con el estado de los edificios, donde no solo asisten maestros, sino también los chicos, que se caen a pedazos.
Tamién reclaman por todas las becas que Macri sacó.
Me gustaría también que un día todos los que critican los paros vean las condiciones en las que comen en los comedores de los colegios, donde llega la comida (porque no se cocina en el colegio, sino que es una concesión) y como no hay gas los chicos deben comer la comida fría.
Duele ver que cuando hacen paro los del campo, sale todo el mundo con las cacerolas a apoyarlos, sin tener presente que la gente no puede transitar rutas o a los pocos días sufrimos desabastecimientos y subas en los precios. Pero, por el contrario, nadie apoya a los maestros.
Aclaro que no soy ningun sindicalista, ni gremialista, ni nada de eso (por el contrario, creo que todo eso es una mafia llena de intereses personales y no de lucha por los trabajadores). Simplemente, como me toca de cerca, veo una realidad que seguramente muchos no tienen la posibilidad de ver.
Por eso no posteo esto con ánimo de crítica, sino información para que todos sepamos cuál es la realidad de los reclamos, que obviamente contempla lo salarial, pero también muchas otras cosas que, por conveniencia de los dirigentes en sacarlos a la luz, quedan en un segundo plano. ¿Por qué? Porque así los maestros quedan como los malos de la pelicula, unos mercenarios que deben no se merecen más de 1.400 pesos para educar a nuestros hijos (porque la realidad de los carteles que dicen que los maestros cobran 3.000 es mentira, hacen eso sólo los que tienen acceso a escuelas con jornadas de doble turno, que no son todas, y aún así, luego de las deducciones, no sé cuánto les queda).
Creo que a veces es una paradoja... queremos excelencia en la educación de nuestros hijos pero pagando lo más barato posible (hagan la cuenta de cuánto gana por hora un maestro que hace media jornada -5 horas- y gana 1.400 pesos, son poco más de doce pesos la hora).
Por ello no comparto el hecho de "hacerle juicio a los maestros por no enseñar a los chicos". Creo que deberíamos hacerle juicio a los dirigentes por no darle a los chicos las condiciones mínimas para una educación digna.