No sé quién escribió esto pero lo transcribo.
Palabras que matan
El viaje había sido largo. De pronto bajó la vista y se dió cuenta: su hermanito de cinco años había perdido un zapato en el tren. No pudo contenerse -tampoco tenía por qué hacerlo, después de todo, ante un hecho tan trivial- y le empezó a gritar: "Niño estúpido ¿por qué lo hiciste? ¿Pero, cómo pudiste ser tan estúpido? ¿cómo pudiste?". No lo supo entonces - tampoco tenía por qué saberlo, después de todo- pero esa fue la última vez que lo vió en su vida; su hermanito fue asesinado en el campo de concentración de Auschwitz, destino final de ese viaje en el que, estúpidamente, él perdió un zapato, y el futuro, y ella a sus quince años, la inocencia, de una vez y para siempre.
Colmada su alma por ese vacío se prometió no volver a decirle nunca jamás a nadie ni una sola palabra que, de convertirse en la última, le provocara el menor de los arrepentimientos. No era suficiente que los "límites" de Borges convocaran el miedo, eterno y ancestral, de que la muerte levante el vuelo y nos lleve, a nosotros o a quienes queremos, así, de un golpe, y nos deje el corazón a la intemperie y las palabras no dichas, los adioses no cerrados, los perdones no concedidos, las cartas escritas y jamás enviadas, agolpándose inútilmente en la garganta o en los cajones.
Faltaba que alguien nos hiciera comprender que peor aún que no haber pronunciado a tiempo una palabra era haber pronunciado a destiempo justamente aquella que se convertirá en irreparable y nos dejará, por toda la vida, un regusto amargo en el alma.
Hablemos mientras se pueda, amemos mientras estemos, abramos el corazón mientras vivamos, no digamos ni una sola palabra de la que podamos arrepentirnos cuando ya sea tarde. Porque cada palabra puede ser la última, porque cada encuentro encierra una despedida, aprendamos cuándo callar mientras estemos a tiempo.
...mi trozo de pan, mi viejo refrán, mi poeta, la fe que perdí, mi camino y mi carreta, mi dulce placer, mi sueño de ayer, mi equipaje, mi tibio rincón, mi mejor canción, mi paisaje...
