Bueno queridos colegas, me presento, lo he hecho en otros posts pero creo que es oportuno volver a realizarlo para quienes no me conocen. Soy un nobel abogado de una ciudad del interior de Córdoba, mi historia es una de las tantas historias de superación de la que poco nos anoticiamos los argentinos, puesto que el argentino, al menos el argentino mala leche, JAMÁS piensa que el éxito, fortuna, o buenaventura de otro argentino se debe al sacrificio, esfuerzo, renuncias, etc. "en algo andará" NUNCA un éxito puede ser obtenido por derecha en el país de esta gente. Mi caso,como el de todos ustedes estimados colegas por lo que he leído, un caso de sacrificios. Mi caso es el del NEGRITO de barrio por el que nadie daba dos centavos. Este negrito tenia algo que a muchos sorprendía, desde mi niñez me diferencié, podía leer de corrido a los cinco años de edad, avanzado para mi edad según las maestras, abanderado en cada uno de los niveles, jardín de infantes, primaria, secundaria, y para muchos aquí debía quedar mi desempeño académico, ni pensar que un chico como yo podría ir a la universidad, con qué dinero???, hijo de padre albañil y madre empleada domestica, IMPOSIBLE, sumado a esto tener que viajar todos los días horas para llegar a la facultad, era todo un gran reto, pero aun así comencé, con temores por las cosas terribles que me habían contado de los profesores y del ambiente en esa facultad.
Examen eliminatorio para el ingreso un 9, de ahí en mas nadie me pudo frenar, y es así que me recibí con un promedio que probablemente es un sueño para muchos chicos "bien" que vivían en edificios pegados a la facultad y sin mayores necesidades que un buen par de jeans y vacaciones en alguna paradisíaca isla del Caribe.
Pase por muchas cosas feas, como por ejemplo las interminables horas sándwich en la plaza San Martín o en la biblioteca, sin mas que un pebete en la panza, pero también me quedaron experiencias que no tienen precio, cuatro amigos que son hermanos del corazón, y un hermoso titulo que es el orgullo de papá y mamá.
Hoy me encuentro muy feliz por mis logros, y a pesar de que hoy por hoy trabajo en un cibercafé para costear mis gastos, tengo plena confianza que vendrán tiempos mejores, y que todo mi gran sacrificio será recompensado, no solo con dinero, sino con satisfacciones que alimenten el corazón. Soy muy joven aún como para desesperarme por algo que indefectiblemente vendrá.
Me sentí motivado a contar mi historia al leer las conmovedoras historias contadas por cada uno de ustedes, me llena de esperanzas saber que hay muchísima gente parecida a mi en esta hermosa profesión, que pelea día a día por sus metas, que no se rinde ante lo que a simple vista parece imposible, que TRABAJA, y que reconoce en el TRABAJO el único secreto para el éxito.
No creo en la suerte, no espero nada de ella, si bien hay circunstancias que pueden colocarnos en mejores condiciones, no todos saben hacer buen uso de las mismas, y el mejor uso de ellas solo se realiza con sudor, sacrificio y trabajo.
Trabaje para estudios jurídicos, me explotaban, y como me quiero demasiado, y me respeto por sobre todas las cosas, decidí no REGALARME a estos señores, que bajo el pretexto de formarte, te exprimen y se aprovechan del estado de necesidad del que necesita de un trabajo.
Me extendí demasiado, pero es bueno para que estrechemos lazos y me siento feliz de conocer sus realidades, que no distan mucho de la mía, UN ENORME ABRAZO.
SERÁ JUSTICIA-